Roviñ es una ciudad mágica. Es bastante a ver algunas fotos de este hermoso lugar para querer verlo en vivo.

Roviñ puede ser una gran dirección para su viaje en un yate. Esta ciudad a menudo es elegida por los navegantes los que viajan por el Adriático.

De una manera italiana, el nombre de esta ciudad suena como Rovigno. Se puede decir con seguridad que es el puerto más lindo del Adriático. Aquí vive la gente muy amable y afable. Y la propia ciudad está incluida en la lista del Patrimonio mundial de la UNESCO.

Uno de los recuerdos más agradables de nuestra visita a Roviñ está relacionado con una noche maravillosa y tranquila, cuando acabamos de sentarnos en un aperitivo antes de cenar en un restaurante con vistas a la bahía, y en este momento el yate de lujo de 72 metros “O'Pari III” entró lentamente en el puerto, acercándose al malecón principal de la ciudad, cerca de la cual estaba anoche. A bordo del yate jugaba jazz, y sus sonidos coquetos rebotaron de las paredes de la ciudad antigua de Roviñ. Fue divertido no sólo para aquellos quienes estaban en el yate. La música y las vistas entretenían a una multitud de espectadores en la ciudad antigua, incluido nosotros, por supuesto.

La historia de Istría, la península en la que se encontraba la ciudad de Roviñ, fue el tema principal de nuestra conversación en la mesa, donde cenamos con mejillones frescos y calamares fritos en compañía de nuestro amigo que vivía aquí en Roviñ. Él dijo que Istría ahora se estaba volviendo muy popular en la esfera global de la producción de aceite de oliva. La región recibió seis de los nueve premios nacionales por la calidad del producto. Además, los productores de Istría, la mayor península del país, recibieron las medallas de oro y plata en Nueva York en el concurso internacional de productores de aceite de oliva (NYIOOC).

El aceite de oliva no es lo único que nos inspiró a suscribirnos a otro viaje a la península de Istría el próximo año. Ya sabemos que definitivamente volveremos aquí en un yate de alquiler después de viajar a las islas de Cornata (Kornati).

Otra alegría gastronómica gracias a la cual es imposible no enamorarse de este lugar es la trufa. En esta región saboreamos estas exquisiteces de muchas maneras diferentes: como los aperitivos, los platos básicos saturados e incluso los postres en forma de helado. Los viajeros que visitan Istría durante el chárter estarán encantados con la oportunidad de probar las trufas locales. Hay muchas tiendas en Roviñ, donde se vende estas exquisiteces.

Los vinos croatas, cálidos días soleados pasados junto al mar, una ciudad llena de artesanos y magnífica arquitectura veneciana involuntariamente aparecen delante de los ojos, cuando recordamos nuestro viaje. Así es como recordamos Roviñ, un lugar donde usted quiere quedarse un poco más.

Sobre la península se eleva la iglesia de San Eufemia (Crkva sv. Eufemije). Su chapitel se alza con orgullo y alto sobre el edificio, en la parte superior de la cual se encuentra la estatua de cobre de la Santa Eufemia que gira junto con el viento como un veleta. Suena raro, pero parece que ésta sea la única Santa que predice el clima.

Si la Santa mire el mar, entonces el clima en los próximos días será favorable. En tal día como hoy, con el cielo azul claro, veamos que los grandes yates chárteres de lujo entren en el puerto frente a la isla de San Catarina (Otocic Sveta Katarina), situada en el centro de la bahía, y por la noche ellos disfruten de una de las vistas más bellas –las luces centelleadas de la ciudad antigua reflejadas en pulidas piedras de mármol de los adoquines, con los que se pavimentan las calles y los callejones.